CALA DEL MORAIG Y DELS TESTOS

Esta ruta es un tanto atípica en este blog, ya que se trata de conocer la abrupta franja costera de la población de El Poble Nou de Benitatxell, por lo que se recorren tramos que posteriormente se deshacen por el mismo camino.

Esto hace que en esta ruta haya poco que explicar del recorrido, no hay peligro de perderse, pero en cambio es una de las más atractivas visualmente, por las magníficas imágenes que se descubren al circular por los acantilados frente al mar.

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Mapa ruta nº 118 Cala del Moraig y dels Testos

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Descripción de la ruta

Antes de que empiece la rampa de descenso hacia la Cala del Moraig, se encuentra una pequeña explanada donde se puede dejar el coche. En caso de estar llena, hay que descender hacia la cala y aparcar en un lateral de la cuesta.
En invierno supongo que será más fácil, pero en verano como no se llegue temprano, es bastante difícil aparcar.

Como se ve en el mapa, la ruta se puede dividir en tres partes.
En la primera hay que subir por una carretera que lleva hacia las urbanizaciones que existen en lo alto del Puig de la Llorença. A los pocos metros, se encuentra a la izquierda el principio de un sendero que lleva hacia la Cala del Llebeig.

Se trata de un largo sendero que corre sin apenas desnivel pegado a la base del extenso acantilado.
En un principio es bastante ancho y luego poco a poco va estrechándose, pero en ningún momento resulta peligroso circular por él, ya que la cara que da al mar es una ladera con más o menos desnivel, pero nunca un cortado.

En el recorrido llama la atención la existencia de tres antiguos refugios construidos con muros de piedras que cierran los vuelos o hendiduras de la pared de roca. Sus nombres son, según se van encontrando, Cova de les Morretes, Cova del Ti Domingo l’Abiar y Cova de Pepet del Morret. En ellas buscaban refugio pescadores, agricultores e incluso contrabandistas.

La senda corre entre una tupida vegetación.

Junto a la Cova de Pepet del Morret hay que pasar por un pequeño túnel, fruto del desprendimiento de una enorme roca, tal como se aprecia en las imágenes, tanto a la ida como a la vuelta.
También llama la atención la existencia de multitud de algarrobos, plantados por antiguos agricultores de Benitatxell en esta fértil franja de tierra bajo los acantilados, gracias a la humedad aportada por la brisa marina.

Vista hacia la zona de Les Salinetes.

La senda llega a la desembocadura del Barranc de la Cala.

Ya está a nuestros pies la pequeña Cala del Llebeig, formada por el desagüe del Barranc de la Cala.
En ella existen varias casetas y cuevas de pescadores además de un puesto de la guardia civil, ya que era un punto habitual de desembarco de contrabandistas, debido a lo inaccesible y solitario del lugar.
Se podría continuar la ruta descendiendo hasta la cala y a continuación adentrarse por el Barranc de la Cala primero y luego por el de la Viuda, hasta llegar a las urbanizaciones para luego regresar.
Pero como hoy tenemos una jornada muy larga, iniciamos desde aquí el regreso.

Imagen de los acantilados y las viviendas prácticamente en el mismo borde.

Vista del desafío más importante de hoy, el tramo de costa entre la Cala del Moraig y la Cala dels Testos.

Se regresa al punto de partida y se inicia en descenso por la carretera hacia la Cala del Moraig.

Vista de la Cala del Moraig con la Cova dels Arcs al principio y sobre ella, la Falla del Moraig.

Según se baja, se encuentra a la derecha el principio de un sendero y un cartel informativo. En él se nos indica el segundo destino de esta ruta, conocer el Sendero Temático de la Falla del Moraig.
Debido a los desprendimientos, la zona está protegida por una serie de vallas metálicas. Para circular con toda seguridad, el sendero está acondicionado con una barandilla de madera y cuerdas en las zonas más peligrosas.
También se tienen unas espectaculares vistas de la parte superior de la Cova dels Arcs.

Vista de la parte superior de la falla.

Si al acercarse, la parte superior llama la atención, lo realmente espectacular se descubre al llegar junto a ella y comprobar que la pared totalmente recta que se veía, desciende vertical hasta llegar al nivel del mar.
Como explica un cartel informativo situado en este lugar, la pared que vemos pertenece a la falla del Riu Blanc o del Moraig que también es visible sobre el extremo Norte de la Cala del Moraig, discurre paralela a la playa y pasa por la Cova dels Arcs.
“Junto a la superficie de la falla se desarrolló una gran hendidura en cuyo fondo se ve el mar. La hendidura coincide con una estrecha banda en la que había rocas de falla (cataclasitas, formadas por materiales triturados como consecuencia de desplazamientos de los dos bloques). Estas rocas de falla menos resistentes a la erosión han sido eliminadas por el oleaje en la parte inferior, quedando verticalmente una cavidad que colapsó posteriormente y formó dicha hendidura.”

Tras la visita toca regresar por el mismo sendero.
Como se ha comentado en la imagen anterior, a la derecha de esta foto, cuando termina la playa, se puede observar otra pared vertical y seguir mentalmente la dirección que sigue la Falla del Moraig.

Se regresa a la carretera y se sigue descendiendo hasta llegar a la entrada de la Cova dels Arcs.

La Cova dels Arcs es una sala de unos 300 m2, con tres arcos. El que sirve de entrada y otros dos que se abren al mar y que inundan parte de la base de la cueva.

Bajo la pared de la derecha, se encuentra esta entrada inundada por la que el día de esta ruta habían un grupo de buceadores haciendo inmersiones.
No sé si por esta entrada, pero según explica un cartel informativo:
“Esta cueva se conoce desde los tiempos de los fenicios, 1000 años antes de Cristo.
Según cuenta la leyenda se abastecían de agua por la entrada del mar con vasijas de barro (se supone que en aquellos tiempos la salinidad seria menor que en la actualidad).
Un poco de historia:
En 1967 el C.E. Alicante de la mano de Eloy Parra y Jaime Carbonell exploran los primeros metros de la entrada y calculan el caudal vertido al mar entre 1.500 y 10.000 litros/segundo, lo que lo convierte en el mayor cauce subterráneo de la península ibérica.
En 1974 Eloy Parra explora los 200 primeros metros y posteriormente en 1977 saca muestras de agua a 200 metros pero tiene demasiada salinidad.
En 1982 Bernhard Pack empieza a colaborar en la exploración y también se producen los primeros accidentes con la muerte de Juan Palmero y Vicente Alegre a unos 470 metros.
En 1987 el grupo de espeleobuceadores de Standard Madrid llegan hasta los 550 metros. Mateo González y José Cortes del C.E. de Alicante siguen con la exploración y a finales del mismo año entra Bernhard Pack en solitario hasta los 550 metros.
Después de varias inmersiones y de desarrollar un aquazepp para poder avanzar más en la cueva, Bernhard Pack llegó a los 1.160 metros, explorando varias galerías sumergidas y perdiendo la vida en la cueva a 200 metros de la entrada.
El caudal de agua sufre algunas intrusiones de aguas salada en el recorrido de la cueva que viene de profundidad. Todavía no se ha podido encontrar agua potable en todo el recorrido de la cueva.”

Vista hacia el Morro Falquí desde el interior de la cueva.

Ahora se abandona la cueva y se recorre toda la playa para realizar la tercera y más peligrosa de las partes de esta ruta.

Al llegar al final de la playa (por cierto, zona reservada para los nudistas), se encuentra una pared de roca por la que hay que trepar, no sin dificultad sobre todo si está mojada por el oleaje o por gente que intenta subir empapados de agua.
Luego se circula sin grandes problemas sobre una zona rocosa, hasta llegar a un punto en el que se corta la repisa.

La única opción es trepar por esta pared, como se ve bastante vertical y de un conglomerado de material que no aparenta mucha seguridad.

Como se ve en esta fotografía y en otras del Álbum Personal, se trata de un paso muy peligroso y solo recomendado para personas acostumbradas a este tipo de obstáculos y con un calzado adecuado.

Una vez arriba hay que seguir un pequeño trozo, para posteriormente descender, por donde se pueda, por otra pared no tan vertical pero también complicada, hasta esta base de roca.

Ahora ya sin ninguna dificultad se recorre la ancha base rocosa, hasta llegar a una media luna en la que se encuentra una senda por la que se circula sin ningún problema y pasa sobre una pequeña cala oculta.

Finalmente la senda lleva hasta la Cala dels Testos.

Vista desde la Cala dels Testos hacia la Cala del Moraig.

Ahora desde la Cala dels Testos se inicia la ascensión por el Barranc de l’Infern, responsable de la formación de esta pequeña y solitaria cala.

En un primer tramo el barranco corre sin apenas desnivel, cubriéndose poco a poco de vegetación hasta dejar un simple pasillo para pasar.
En estas condiciones se llega al primer gran salto que posee este barranco, que aunque se encuentran acondicionados con una gruesa cuerda, no deja de ser peligroso de superar.
Con estas dificultades asumidas, nos encontramos con un grupo cuyo calificativo más liviano seria de imprudentes. Se trata de una familia en la que el padre carga con una niña de apenas un año metida en una silleta-mochila, un niño de apenas 7 años de edad y la madre con chanclas.

Este es el segundo salto existente, como se ve de una altura considerable.

El tercer salto es comparativamente menor y más sencillo de superar que los anteriores.

A partir de aquí, el Barranc de l’Infern se hace más transitable, sin grandes dificultades técnicas, muy vistoso al ser bastante cerrado y cubierto de una espesa vegetación, pero por el momento con suficiente espacio para pasar.
Finalmente se alcanzan unas escaleras que llevan prácticamente al punto de partida.






Ruta de 6,22 Km realizada en 180' el 22/08/2011