LES FONTS DE L'ALGAR

Aunque en el transcurso de la ruta no está incluida la visita, esta gira alrededor de Les Fonts de l’Algar, un paraje natural en el que el agua es el principal elemento protagonista, donde una serie de fuentes, cascadas, pozas o pequeños estanques crean un rincón muy agradable y fácil de disfrutar.

Situado en el término municipal de Callosa d’en Sarrià, en los alrededores de este lugar existen varios restaurantes y las zonas de aparcamiento son prácticamente en su totalidad reservadas para sus clientes o son de pago.

pincha aquí versión para imprimir

pincha aquí versión satélite WIKILOC

...
Mapa ruta nº 140 Les Fonts de l’Algar

...
Descripción de la ruta

La ruta se inicia junto al Riu de l’Algar, ya que después de sobrepasar el parking “privado” de un restaurante, hay un pequeño espacio en la cuneta, junto al camino asfaltado que hay que seguir, donde se puede dejar el coche.
Durante el recorrido de este tramo por el camino asfaltado se encontraran algunas marcas blancas-amarillas del PRV-46.

Durante los primeros pasos, tras las cañas de la derecha se oye el murmullo del agua que corre constante por el Rio Algar.
A los pocos metros, el camino asfaltado sobrepasa un pequeño puente, bajo el que pasa el agua, más o menos abundante según la época del año, del Riu de Bolluda y se une al caudal del Riu de l’Algar.

El camino empieza a ascender entre bancales escalonados, algunos abandonados y otra gran mayoría plantados con nísperos, además con denominación de origen “Níspero de Callosa d'En Sarriá”. También en su mayoría se encuentran cubiertos de unas enormes telas de malla, que protegen a las plantaciones tanto de las posibles granizadas como de los pájaros.

Finalmente se llega a una zona llana cubierta de campos de naranjos.
Se alcanza un cruce en el que la PRV-46 sigue hacia la izquierda, pero como se ve en el mapa, para seguir esta ruta hay que girar hacia la derecha y se empieza a descender.

Durante el descenso entre naranjos, se distingue al frente la Costera de Sellés, La Campana y la Rastella de Menarges por su cara Norte.

El camino asfaltado desciende hasta el fondo del Barranc o Riuet de Sacos que prácticamente llega hasta aquí, ya que en adelante se puede llamar Riu de l’Algar, ya que aunque por aquí el cauce está seco, un poco más adelante, al estrecharse contra la Penya de Severí, el caudal que corre por el subsuelo aflora creando el impresionante paraje de Les Fonts de l’Algar.
Como es evidente, para continuar esta ruta hay que seguir hacia la izquierda, subiendo el cauce del Barranc de Sacos.

Al poco de circular por el barranco, se encuentra a la parte derecha el principio de una pista forestal por el que se puede continuar esta ruta si no se quiere seguir por el barranco, como se hará a continuación.

De cualquier modo, circular por este tramo del Barranc de Sacos no reviste ningún peligro ni dificultad técnica.
Se trata de un lecho cubierto de cantos rodados de todos los tamaños y en cuanto a la vegetación, no da muchos problemas, salvo en un par de puntos en los que el cauce está cerrado por baladres y tamarix, siendo necesario sobrepasar el túnel que forman, arrastrándose por él.

Finalmente se llega a un punto en el que una pista forestal cruza el cauce del barranco y se continúa hacia la derecha, subiendo esta ladera Oeste de la Serra del Ferrer.
Esta misma pista forestal es por la que se abandona el Riuet de Sacos en la ruta nº 143.
Al llegar a una bifurcación se sigue por la de la izquierda, que es en realidad la entrada de acceso a una antigua vivienda rural abandonada.

Vista de la antigua vivienda, escoltada al fondo por la Serra del Ferrer, la brecha que forma el salto del Barranc del Curt y la parte superior del Pas dels Bandolers a la derecha.

Por delante de la explanada que hay frente a la casa comienza un sendero que bordea los antiguos campos de cultivo.
Discurre entre pequeñas pinadas e incluso en algún punto, por entre una serie de arbustos de gran tamaño que dificultan un poco el transito.
Se pasa junto a los restos de una antigua caseta agrícola y más delante se despeja el terreno y se llega al Barranc del Curt, por donde prosigue el sendero siguiendo el cauce.

Imagen de la muesca que se crea entre las dos enormes moles rocosas, formada por el salto del Barranc del Curt.
A la derecha de la brecha del barranco se intuye, por la marca de la vegetación, el trazado del Pas dels Bandolers.

Otra imagen desde el fondo del barranco.

El sendero lleva hacia el punto donde se encuentra el salto, que través de la Serra del Ferrer, desagua en caso de lluvias torrenciales, la zona Sur-Occidental de la meseta elevada existente al Norte de la Serra de Bèrnia, hasta este valle y sumada al caudal del Riu de l’Algar, llega al mar.
A la derecha se distingue perfectamente el comienzo de la pedrera por la que se proseguirá la ruta.

Es una lástima continuar la ruta sin acercarse a descubrir este impresionante salto con forma de chimenea.
Subir hasta su interior es un tanto complicado, pero asequible.



Ahora toca la parte más dura de este trazado, ya que hay que subir por la pedrera de esta empinada ladera, cosa bastante difícil por no decir imposible, ya que el corrimiento de las piedras impide ascender por ella, por lo que hay que ir buscando por los laterales, terreno más firme para asegurar el avance.
Se deja a la izquierda la subida al Pas dels Bandolers, que es por donde prosigue la ruta nº 143 y se sigue ascendiendo hasta que termina la pedrera y entonces hay que continuar avanzando por donde se pueda, evitando una vegetación más tupida desde aquí hasta el final de este “paso”.

Vista hacia atrás.

Una vez arriba se distingue esta ladera Oeste del Penyot de l’Orenga.
No existen sendas, pero la vegetación es escasa, por lo que se puede avanzar sin mucha dificultad.

Vista hacia el valle.

Si se sigue la línea de los acantilados se desciende mucho, por lo que hay que subir, sin excesiva dificultad, por la placa inclinada de la imagen, a la zona plana que existe entre el pequeño acantilado que se ve al frente y el superior.

Una vez en esta repisa, se prosigue sin dificultad hacia el siguiente “paso” que aparece más adelante.

No se llega directamente al “paso”, ya que un poco antes de alcanzarlo hay que descender un poco hasta la pedrera y desde ahí seguir subiendo.

Vista hacia el frente.
Desde aquí hay que continuar siguiendo la lógica, ya que aunque no hay un sendero marcado, hay algo parecido, probablemente de animales, que guían por donde avanzar.

Detalle de un interesante tramo del “sendero”.

Una vez sobrepasados los acantilados del Penyot de l’Orenga, aparece más visible una especie de sendero que al llegar a un pequeño barranco, empieza a subir por su parte derecha.
Pero pronto desaparece y hay que seguir por donde se pueda hasta llegar a unos bancales con muros de piedra, donde se pasa a la parte izquierda y se sigue subiendo campo a través, evitando la pared de roca que aparece más arriba, por la izquierda.
Sobre esta se encuentra el sendero por el que se continúa hacia el Fort de Bèrnia.

Imagen de la Serra de Bèrnia.

El sendero sube hasta el collado y al descender aparecen varias bifurcaciones.
Algunas de ellas se dirigen hacia la derecha y evitan el paso por el fuerte, pero una vez aquí, resulta interesante visitarlo, por lo que hay que seguir las que siguen al frente.

Desde el Fort de Bèrnia, se tienen al frente unas magníficas vistas sobre el Valle del Río Algar y la Olla de Altea.
Y hacia la derecha se distingue perfectamente el trazado de la senda por la que hay que continuar para iniciar el descenso y que a partir de aquí, coincide plenamente con la PRV-48, conocida como Camí del Fort.

La senda desciende sin ninguna dificultad hasta enlazar con una pista forestal.

Se sigue por la pista forestal hacia la derecha, flanqueada durante todo el trayecto hasta el Bancal Roig por una hilera ininterrumpida de pinos que hace muy agradable el circular por ella.

Vista hacia la derecha de la cara Sur de la Rasterella de Menarges.

La pista forestal desaparece y se convierte nuevamente en un sendero perfectamente marcado.

El sendero pasa junto al Bancal Roig.

En sobrepasar el bancal, el sendero se adentra en un pequeño pinar.

Un poco más adelante se pasa frente al Corral del Bancal Roig, edificación muy sencilla y bastante usual en nuestras sierras, donde se protegían a los animales de las inclemencias del invierno, ya que la ganadería era un complemento indispensable para sacar rendimiento a un terreno no apto para la agricultura.
Normalmente costa de dos partes, un sencillo refugio para los pastores y unos corrales para el ganado, formado por unos toscos muros de piedra de mediana altura, en algunas ocasiones cubiertos.
También era muy apreciado el estiércol que se depositaba en estos corrales para abonar los campos de cultivo.

Se sigue descendiendo por la senda y se pasa junto a otro de los recintos típicos relacionados con la ganadería de montaña, un sesteadero.
Se trata de la Cova del Bardalet, una pequeña depresión natural apenas visible hoy en día, ya que se encuentra totalmente cubierta de vegetación, donde se dejaba que el ganado descansara durante las horas más calurosas del verano (hacían la siesta).

A partir de aquí, la senda baja zigzagueando por esta loma bastante despejada de vegetación.

La senda enlaza con un camino de tierra que llega a unos bancales de cultivo y se prosigue como marca el mapa.

Se pasa frente a los varios restaurantes que hay junto a este camino asfaltado y cuando se cruza sobre el Rui de l’Algar, se gira a la derecha y se llega al punto donde se tiene el coche aparcado.


Ruta de 13,53 Km realizada en 330' el 21/09/2012