BENACANTIL - SERRA GROSSA

En pleno casco urbano de Alicante, siguiendo la línea de la costa, se encuentran dos elevaciones montañosas que permiten un paseo relajante a escasos metros de las viviendas.

La de mayor tamaño y más estropeada por la acción del hombre por su utilización para la extracción de material, en numerosas canteras, es la Sierra de San Julián, más conocida como Serra Grossa d’Alacant.

La otra, mucho menor en superficie, es todo un símbolo de la ciudad por la existencia del Castillo de Santa Bárbara en su cima.

Aunque por su proximidad se pueden recorrer las dos en una misma jornada, para la descripción de las rutas se han separado en dos distintas; con un punto de inicio a los pies de las mismas, ya que el lugar donde dejar el coche depende de la situación del tráfico.

En los dos casos, al ser una zona muy concurrida, existen infinidad de caminos y sendas que las recorren, por lo que las variaciones en su itinerario son muy variadas. Las que aquí se describen son una opción, ni mejor ni peor que otras y se pueden adaptar fácilmente a las necesidades de cada uno.

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pincha aquí versión satélite WIKILOC de la ruta nº 126
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Mapa ruta nº 126 Monte Benacantil
Mapa ruta nº 127 Serra Grossa d'Alacant

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Descripción de la ruta nº 126 Monte Benacantil

El Monte Benacantil, de apenas 167 metros de altura, ha sido muy importante en el desarrollo de la ciudad de Alicante, por ser una magnífica atalaya sobre la bahía de Alicante, su puerto y todo el territorio colindante. Por ello, desde la época islámica, en su cumbre se asienta una fortaleza que ha ido evolucionando según los avatares de la historia y sus distintos moradores.

Se inicia la ruta por su cara Norte, siguiendo un camino empedrado que sube hacia una antigua vivienda en la que ahora se encuentra un “Centro de Educación Ambiental”.
Se rodea por la derecha y se sigue por un camino de tierra que pasa por la parte trasera de la casa.

El camino de tierra va descendiendo hasta llegar a ras de la calle y girar a la derecha, pegado a la base de la sierra.
En esta zona sorprende la cantidad de vegetación que puebla esta cara.
También es de destacar que al encontrarse tan cerca de las viviendas, es un lugar en el que sale a pasear mucha gente con sus perros, por lo que hay que ir atentos al suelo, plagado de excrementos.

Nada más girar, empieza un camino empedrado que va ascendiendo por la cara Este del Benacantil.

El camino empedrado llega a una bifurcación en la que se continúa hacia la derecha.
Esta ladera se encuentra cubierta de pinos de mayor o menor tamaño, entre los que corre el camino hasta que termina el empedrado.
Al girar sobre la cara Sur, los pinos desaparecen y surge una ladera totalmente rocosa sobre la que tan solo se pueden asentar paleras y algunos arbustos muy especializados. Finalmente el camino de tierra termina en un mirador sobre el puerto de Alicante y su bahía.

Desde el mirador se distingue toda la árida y rocosa cara Sur del Monte Benacantil y las murallas del Castillo de Santa Bárbara.

Ahora se regresa por el mismo camino de tierra hasta alcanzar el punto donde empieza el empedrado.
Recorridos unos metros de empedrado, se encuentra a la izquierda, entre los pinos, el principio de una especie de senda no muy definida, pero por donde se puede subir directamente hacia la cumbre.
En este tramo, se llega a una zona de rocas en las que hay que trepar un poco, sin excesiva dificultad, pero evidentemente hay que estar acostumbrado e ir con calzado adecuado.

Hay que ir ascendiendo hasta alcanzar la base de la esquina de la derecha de la muralla, donde se encuentra anclado un cable de acero.

Imagen de la base de la muralla hacia el Oeste.

Ahora se bordea la esquina de la muralla con mucha precaución, ya que el terreno es muy escarpado y puede resultar peligroso de recorrer.
Al girar se descubre un rincón cubierto con una vegetación muy tupida y de gran tamaño, ya que se encuentra en una zona de umbría.

Hay que caminar siguiendo la base de la muralla hasta llegar a un poste de la iluminación, junto al que se abre un poco la vegetación al encontrarse el principio de una pequeña torrentera, por la que hay que destrepar; primero una pared bastante vertical de varios metros pero no muy complicada y luego un corto tramo de pedrera.

Durante el descenso hay que ir atentos a la izquierda, ya que al llegar a la altura de una pequeña pared rocosa, se encuentra el principio de una senda que corre junto a su base y por donde hay que continuar.

La senda cruza este tramo de ladera en el que existe una especie de jardín, en el que destacan una gran cantidad de cactus, especialmente paleras y piteras.

Una vez cruzado casi por completo el jardín, se sigue por una senda que empieza a descender y se llega hasta un collado por el cual se accede a la cara Norte.

Una escalera ayuda a descender hasta la senda que recorre toda esta frondosa ladera de la umbría.

Siguiendo la senda hacia la izquierda, se llega a una bifurcación en la que la rama de la derecha desciende hasta la parte posterior del “Centro de Educación Ambiental”.
En esta ocasión se continúa recto por el ramal de la izquierda.

Se llega a otra bifurcación en la que otra vez se encuentra a la derecha una bajada, en esta ocasión a un camino que también recorre toda la ladera, pero para esta ruta se opta por seguir la senda.

La senda discurre por una ladera muy tupida y frondosa, en la que tan solo, los sonidos de una gran ciudad, en especial del tráfico, no permiten abstraernos del todo y pensar que se recorre una gran montaña alejados de toda civilización.

La senda se une al camino de tierra y enlazan con la carretera que sube hasta el castillo.
Ahora se vuelve a la civilización y se sube por la acera hasta la entrada.

En la última curva de la carretera, empieza un camino de tierra que se dirige hacia el Oeste y por donde se prosigue el recorrido.

Vista de la cima Noroccidental del Benacantil, coronada como el resto de la montaña por el Castell de Santa Bàrbara.

El camino de tierra termina frente a las murallas que rodean la fortificación principal.
Ahora se cruza a la cara Oeste a través de una pequeña puerta en la muralla.

Al otro lado se encuentra una escalinata que desciende hacia un mirador elevado de madera.

Desde el mirador, una rampa desciende en zigzag por toda la ladera hasta la base, donde se ha creado el magnífico Parque de La Ereta.

En lugar de seguir descendiendo por la rampa, al llegar a la curva, es interesante seguir por el Jardín del Ángel.

Ya que desde aquí se tienen unas espectaculares vistas de los acantilados que cortan esta cara Oeste y que militarmente hablando hacen inexpugnable la fortaleza que durante siglos y muchas circunstancias a coronado el Monte Benacantil.

Detalle de una garita del castillo.

Desde aquí también se obtiene la imagen más conocida y famosa del Benacantil, “la Cara del Moro”.

Se regresa a la rampa y se sigue descendiendo hasta el gran portón formado por la discontinuidad de la muralla. Al cruzar al otro lado, se sigue por el camino de tierra que sirve de acceso a este punto desde la carretera que sube al castillo.

Un poco antes de llegar a la carretera, se sigue descendiendo por otro camino de tierra hasta un parque también nuevo, con un diseño similar al de La Ereta.
Se cruza el parque y se continúa por un paseo hasta la parte superior de una pista de deporte. Allí se encuentra una pequeña caseta, junto a la que existe una senda que sube hasta otro sendero.

Se sigue ascendiendo por un sendero cada vez más ancho y que llega hasta la carretera de acceso al castillo.
Se puede descender por la carretera, pero es preferible seguir el sendero que termina por enlazar más adelante con ella y de ahí al final de la ruta.







Ruta de 4,24 Km realizada en 080' el 20/01/2012


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Descripción de la ruta nº 127 Serra Grossa d'Alacant

Como se ve en el mapa, se puede dejar el coche cerca de una rotonda donde pegada a la tapia de unas viviendas, existe una senda que sube hacia la sierra.

Se llega a un cruce de caminos, muy transitado actualmente por las obras del túnel para el TRAM, por lo que es preferible y más interesante continuar la ruta por una senda que corre paralela al camino de tierra pero un poco más arriba.
En esta zona destaca la reforestación, hace un par de años, con pinos de vivero de gran tamaño pero bastante “pelados”, que con el tiempo crearán una compacta masa forestal, aunque les costará, ya que no están protegidos de los rayos del Sol por la umbría de la sierra.

Se llega a un camino de tierra, por el que más tarde se regresará, pero que ahora se cruza para continuar al frente por la senda.

Hay un par de sendas paralelas, pero es mejor seguir la que pasa por la parte superior de las piteras.

Se llega junto a una tapia y al principio de un extenso pinar, desde donde se puede, o bien subir por el camino de tierra para posteriormente descender hacia la izquierda o seguir por una senda que existe pegada a la tapia.
De ambas formas se llega al principio del camino, cerrado con una cadena.
Nada más sobrepasarla, antes de llegar a la calle, se prosigue por otra senda que desembocará en otra más transitada.

Esta cara Norte ofrece unas vistas espectaculares.

La senda llega junto a una valla y posteriormente corre entre una fila de cipreses y el bosque.

Al abrigo del Sol, en la umbría de la Serra Grossa d’Alacant, existe un autentico pulmón verde, formada por una tupida maraña de pinos y sotobosque, que igual que aparece de repente, desaparece más drásticamente.

En este punto existe una encrucijada de sendas, pero hay que seguir al frente y buscar la que corre tras las urbanizaciones.

Finalmente la senda llega a un barranco en el que se introduce unos metros, y a continuación se inicia el ascenso hacia la cumbre.

Durante la subida, se encuentra a la derecha una pequeña explanada, donde hay un agujero en el que existe una especie de altar.

La senda termina casi por desaparecer, pero se continúa por la cuerda de la sierra hasta alcanzar una pista forestal, por la que se sigue subiendo hacia la derecha.

Desde lo alto, de distingue hacia el Este, el Cabo de la Huerta, la Playa de la Albufera y la gran masificación urbanística que soporta esa zona.
De todas formas, durante la subida se ha tenido una visión más detallada y completa de la zona de L‘Albufereta.

La parte alta de la Serra Grossa o de San Julián, es una planicie en la que no destaca ningún pico que sobresalga del resto.
Como se ve en el mapa, existen infinidad de caminos y sendas que recorren la cumbre en todas direcciones, por lo que las alternativas para transitarla son múltiples.

Para esta ruta, cuando se llega al cruce de caminos, se ha optado por continuar al frente por la senda que se distingue en la imagen.

La senda enlaza con otra pista forestal que recorre la cumbre de esta parte central de la sierra y donde se encuentra su punto más elevado con 173 metros.

Imagen desde la Serra Grossa del Monte Benacantil, con todas las dependencias y murallas del Castillo de Santa Bárbara coronándolo.

Se sigue avanzando hasta que la sierra empieza a descender bruscamente. Este punto es un magnífico mirador desde el que se distingue toda la Bahía de Alicante, su puerto, la ciudad, el Benacantil y en un primer plano, la Lloma de Santa Anna o del Molinet.
Según parece, en esta pequeña loma, integrada en la Serra Grossa, pero separada de esta por un enorme collado, existía un molino de viento que le dio nombre, hasta que a principios de siglo XV se construyó en su cima una ermita consagrada a Santa Ana, con lo que el nombre de esta pequeña, pero muy importante elevación montañosa, paso a ser de Santa Anna.
Durante los bombardeos sobre Alicante en el año 1706, con motivo de la Guerra de Sucesión, la cumbre de esta loma quedó totalmente arrasada y la ermita se trasladó a otra ubicación.

Para continuar con esta ruta, se retrocede hasta encontrar a la derecha una senda por la que se sigue hasta que se llega al camino de tierra que se cruzó anteriormente.

Una vez en el camino de tierra se continúa hacia la derecha, pero pronto se estrecha por la vegetación hasta convertirse en una senda.
La senda va descendiendo hasta que empieza a recorrer la ladera Sur de la sierra, que como suele ser habitual es muy árida, con una vegetación muy especializada y de pequeño tamaño.
Se circula junto a una verja metálica levantada con la misión de detener posibles desprendimientos, ya que tras ella, pegada a los altos acantilados discurre la carretera.

En este punto se llega a un importante desnivel bastante “roto”, y es lo único que dificulta un poco la ruta.

El estrecho sendero se amplía al llegar a la zona de las antiguas canteras.

El sendero se convierte en el camino de acceso a las canteras.
Al llegar al final de la sierra gira a la derecha y al fondo se ven las obras del TRAM, con la construcción de un túnel de casi un kilómetro y medio de longitud que recorrerá el subsuelo de la sierra.

Se sigue por el camino de acceso a las canteras y se llega a la zona reforestada.
Desde aquí hay varias opciones para seguir, pero en esta ocasión se opta por continuar al frente y llegar hasta la senda por donde se ha circulado anteriormente.

Ahora se vuelve a recorrer la misma senda en dirección contraria, con la intención de subir a la Loma de Santa Ana.

Se llega al cruce de caminos y se continúa por una pista forestal que empieza a subir hacia la loma.
Durante el ascenso se observa a la izquierda el enorme depósito, prácticamente el único vestigio visible de la presencia de una antigua refinería de petróleo de CAMPSA.
Otro de los argumentos que le dan valor a esta pequeña sierra, es la existencia en sus entrañas de una red de túneles y depósitos que la empresa petrolera empezó a excavar en la roca, con el objetivo se salvaguardar el combustible en la convulsa década de la Guerra Civil Española. Con el traslado en 1966 de las instalaciones de CAMPSA al muelle de Poniente del Puerto de Alicante, toda esta infraestructura quedó abandonada, desapareciendo poco a poco todo el material y edificaciones exteriores.
Actualmente es posible recorrerlas mediante una visita guiada.
CAMPSA adquirió estas instalaciones a finales de 1929, llamadas hasta entonces “La Británica” y pertenecientes a otra empresa, que en 1875 utilizó las infraestructuras existentes de una antigua fundición con dicho nombre, para crear una de las primeras refinerías de petróleo de España. Más información.

La pista forestal llega hasta un mirador y de aquí una serie de sendas que recorre esta zona de canteras, de donde han salido muchos de los sillares utilizados en la construcción de importantes y emblemáticos edificios de Alicante.
Esta zona también ha sido reforestada con el mismo criterio que se vio anteriormente en el collado.
Se sigue el sendero principal que corre frente a las verticales y lisas paredes de las canteras, hasta que se rodea la sierra y la senda sube hacia otra pequeña cantera.

Una vez sobre la Lloma de Santa Anna, hay que circular por un ancho sendero que alguien se ha molestado en delimitar, para proteger la escasa vegetación que cubre esta árida sierra y evitar en lo posible erosionarla.

Desde aquí arriba se distinguen los restos de un puesto militar republicano, compuesto por una serie de trincheras, habitáculos y posiciones de defensa antiaérea.

Se sigue el sendero marcado y se llega nuevamente a la pista forestal por la que se ha subido.
Ahora ya solo queda regresar al punto de partida siguiendo el mismo itinerario utilizado al inicio de la ruta.


Ruta de 7,65 Km realizada en 120' el 20/01/2012