ARC DE SANTA LLÚCIA

Para realizar esta ruta, hay que dirigirse a Penàguila, una pequeña población del interior de la provincia de Alicante, enclavada en la vertiente Occidental de la Sierra de Aitana.

El principal objetivo de esta ruta, es conocer un par de arcos o puentes naturales. Uno más pequeño, conocido como l’Arc dels Gats o del Dimoni y otro mucho mayor, llamado l’Arc de Santa Llúcia. En este segundo arco se produce un curioso efecto, llamado Alineación solar de l’Arc de Santa Llúcia.
También se visita el Castell de Penàguila, fortificación musulmana situada en lo alto de una escarpada peña y coronado por una cruz de madera.

Como se verá en la descripción de la ruta, se trata de un recorrido muy complicado e incómodo, por algunos “pasos” muy técnicos y por una vegetación muy molesta de sobrepasar.

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Mapa ruta nº 108 Arc de Santa Llúcia

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Descripción de la ruta

Como se ve en el mapa, se puede dejar el coche en la entrada al Barranc del Castell, también conocido como Barranc de la Moleta.
Desde aquí se ve el Arc de Santa Llúcia en lo alto de la montaña. Aparenta estar en la cabecera del barranco, pero en realidad este gira hacia la derecha.

El fondo del barranco es bastante estrecho, sin apenas dificultades para seguirlo, y en algunos puntos, cubierto de una vegetación que, sin molestar demasiado, es bastante tupida.

En el último tramo del barranco, se circula por una senda que corre por la izquierda del cauce. Hasta que se alcanza la impresionante pared que corta el barranco en vertical, y por donde desciende una clásica ruta de rapel.
Para continuar, hay que iniciar la salida del barranco por la izquierda, única ladera por la que es posible subir, sin necesidad de material de escalada.

La subida es conveniente hacerla cerca de la pared de roca, y por su importante desnivel, es más cómodo ir haciendo zigzag de vez en cuando, ya que aunque la distancia recorrida es mayor, se consigue aliviar el esfuerzo necesario para realizar esta ascensión y es más seguro.

Un par de vistas atrás durante la subida.


Ya está a la vista parte de los muros del Castell y la cruz de madera que remata la cima de esta peña, colocada en el verano del 2009, en sustitución de otra anterior, que ya estaba estropeada por las inclemencias del tiempo.

Imagen de Penáguila.

Aquí se ve la parte más elevada de esta fortificación del siglo VIII, de origen musulmán, pero construida sobre otra romana. Se trata de una torre de planta cuadrada, donde tan solo se aprecia un aljibe hundido de forma rectangular.

Un poco más abajo, se cruza por una brecha abierta en los restos de la antigua muralla, que forma parte del Castell y cierra el paso por esta ladera de Poniente.

Seguidamente se encuentra el Arc o Pont del Dimoni, nombre muy apropiado por el aspecto que le dan, los cuernos que coronan la parte superior.
Ahora se sigue, cruzando por el interior del arco.
Aquí se localiza la parte más complicada de esta ruta, y que la convierte en solo apta para gente experta en senderismo, al filo de la escalada.
De todos modos, también se puede continuar la ruta evitando este paso, si se sigue descendiendo por la ladera de la sierra.

La dificultad radica, como se ve en esta imagen desde el otro lado, en que bajo el arco, se encuentra una pared bastante vertical, de alrededor de 3 metros de desnivel. Y aunque hay suficientes puntos de agarre, hay que estar en buena forma física, para ser capaces de descender, perdiendo en ocasiones, el apoyo en los pies.
Una vez sobrepasado el Arc del Dimoni, hay que seguir descendiendo por la ladera, sin excesiva dificultad, buscando un paso en la pared de la izquierda, por donde volver a la cresta de la montaña.

Una vez en la cresta, prácticamente se ha alcanzado el Pont de Santa Llúcia, ya que la ruta continúa cruzando sobre él.

Tras cruzarlo, hay que descender por donde se pueda, hacia la izquierda o cara Sur y regresar a su altura para poder observarlo con detenimiento.
Si no se quiere cruzar, prácticamente se llega a este punto, al igual que si se ha optado bajar por la ladera, obviando el paso por el Arc del Dimoni.

Después de la visita, se sigue descendiendo por la ladera hasta el fondo del Barranquet del Castell. Ahora se sigue ascendiendo en línea recta, por la ladera de enfrente, siguiendo una senda, que en muchas ocasiones desaparece.

El objetivo es llegar a una serie de pequeños muros de piedra y atravesarlos. Tras ellos se encuentran varios bancales, que se recorren por la parte de la derecha y finalmente llegan a un corto camino de tierra, que termina en unos bancales de almendros.

Desde los bancales se tiene esta magnífica imagen del Castell con su cruz y de la complicada ladera rocosa, que hay que descender para llegar al Arc de Santa Llúcia.

Como se ve en el mapa, tras cruzar los bancales de almendros, se llega a un camino asfaltado, por el que se sigue hacia la izquierda. Hasta alcanzar una curva, en donde se continúa hacia la izquierda, por el camino de tierra que empieza frente a la casa.

Ahora empieza el ascenso hacia la Moleta, por un camino de tierra sin ninguna dificultad, hasta que llega a unos bancales. Al cruzar el bancal, se encuentra un pequeño tramo de camino, pero pronto se convierte en un sendero, fácil de seguir.

Como se marca en el mapa, a los pocos metros aparece el rastro de una pista forestal y al mismo tiempo, una pequeña senda que se dirige hacia la izquierda. Hay que seguir por esta senda, que en muchas ocasiones se hace imperceptible y es muy difícil de seguir, pero que es un atajo para llegar al final de la Moleta.

El único objetivo de llegar aquí, es disfrutar de esta impresionante perspectiva de la escarpada e inaccesible peña, sobre la que se alzan los restos del Castell de Penáguila.

Ahora, siguiendo las indicaciones del mapa, se regresa por la pista forestal y tras sobrepasar un cruce, se alcanza el punto más elevado de la Moleta y de esta ruta (1023 metros).

Se sigue por la pista forestal, que empieza a descender, sin mayores problemas.

Hasta llegar al fondo del Barranc dels Penjats, frente a una gran balsa.

La idea es continuar hacia la derecha, por el fondo del barranco, pero existe una valla.
Actualmente se puede circular por el exterior sin ningún problema, ya que está limpio de vegetación. Pero no sé, si con el paso del tiempo, la vegetación lo volverá a colonizar todo y terminará siendo imposible pasar por aquí.

Como se ve en la imagen, esta valla debe cerrar una enorme finca (supongo que un coto privado de caza), aunque también está delimitada por un ancho cortafuego.

Finalmente la valla se aleja del fondo del barranco.

Al poco de iniciar la andadura por el barranco, se encuentra un gran salto que hay que salvar subiendo por la ladera de la izquierda, siguiendo una especie de sendero, aunque pronto se pierde y cuando se vea la posibilidad, descender hasta el fondo. Se trata de un tramo muy complicado, por la inclinación de la ladera.

Este es un barranco bastante estrecho en el fondo, y al estar muy poblado de vegetación, en especial zarzas y aliagas, las mejores “amigas” de los senderistas, en ocasiones es muy difícil avanzar.

Como en esta ocasión, que una enorme maraña de zarzas cubre todo el fondo del barranco, por lo que hay que subir por la pared de la derecha y sobrepasar este tramo por el lateral, para luego descender de nuevo al fondo, siguiendo una estrecha repisa formada en la pared.

Otras veces los laterales están impracticables, por lo que no hay más remedio que pasar entre la vegetación que cubre el Barranc dels Penjats, nombre muy apropiado, ya que hay que estar un poco “colgado”, para cruzar este barranco, a sabiendas de lo que te vas a encontrar. Como es evidente, es una locura realizar esta ruta con pantalones cortos.

Finalmente el barranco se abre un poco y alcanza un camino asfaltado.
Como se ve en el mapa, se sigue unos metros hacia la derecha, hasta llegar a la entrada de un camino de tierra a la izquierda, por donde se prosigue.

Seguir este camino sería un simple paseo, de no ser por los muchos ejemplares de pino que se encuentran derribados, cortando el paso y que lo convierten en una especie de carrera de obstáculos, ya que unos hay que sobrepasarlos por arriba, otros por debajo y otros por un lateral. Supongo que algún día alguien los retirará.

El camino de tierra llega hasta unos bancales alargados, por donde se sigue. Estos terminan en una senda, pero pronto empieza a descender, por lo que hay que abandonarla y seguir por donde se pueda, ya que la vegetación dificulta el paso.

El objetivo es alcanzar una pequeña muesca en la cresta de la sierra, donde se encuentran los restos de una edificación. Desde aquí hay que bajar hasta el camino asfaltado que corre un poco más abajo.
Como se ve en las imágenes del satélite, es probable que cuando la senda empieza a descender, llegue a lo que parecen los restos de un nevero, pero en esta ruta no se ha comprobado.

Ahora ya solo queda un tranquilo descenso por el camino asfaltado.

El camino asfaltado llega hasta la carretera y de aquí a la entrada del barranco, donde se ha dejado el coche.


Ruta de 10,94 Km realizada en 280' el 14/04/2011